Meditando con María

Publicado el martes, 1 de septiembre de 2009 por: Los mensajeros

.:: Agonía de Jesús en El Huerto ::..



Los dias martes y viernes, recordamos en el rosario los misterios de dolor y nos unimos al sufrimiento de María al ver morir a su divino hijo, su prenda querida en la cruz por todos los hombres. María sabia esto desde el inicio de la historia, pero guardaba esto en su corazón.


El primero de estos misterios es la Agonía de Jesús en Getsemaní

...¡Pobre de nuestro salvador que angustiado pedía fortaleza al Padre eterno!.


Asi nos sentimos nosotros, a veces, desesperados, sintiendo que el mundo se nos viene encima pero recordemos que Jesús también lo sintió y refiere la biblia que su miedo y estrés era tan grande que su sudor corria hasta el suelo, un sudor de sangre...

Hoy dedicamos este espacio al poder de esa sangre derramada por Cristo, desde su agonía hasta su muerte y nos unimos a María para contemplarlo.


Al final ofrecemos una pequeña oración para ser meditada pidiendo por la prosperidad y provisión de nuestras familias, invocando la sangre preciosa de Jesús.



El Sudor de sangre de Jesús


"Entonces se le apareció un ángel que del cielo venía para animarlo. Entró en agonía y oraba con mayor insistencia, y su sudor se convirtió en grandes y gruesas gotas de Sangre que caían hasta el suelo".
(Lc 22,43)


Esta agonía de Jesús se desarrolla en el Huerto de Getsemaní, allí donde Jesús dobla sus rodilas y clama:

"Padre, si quieres, aparta de mí esta copa, pero no se haga mi voluntad sino la tuya".
(Lc 22,42)


Este Angel fue enviado por el Padre eterno en el tiempo en que mas convenía este consuelo, quien dijo a Jesús que era necesario este morir y este beber del cáliz, como remedio del mundo para el cumplimiento de las profecías y pasar luego a la gloria de su resurrección y al descanso eterno de su carne.


El sudor de sangre fue causado "por la terrible lucha entre la tristeza y el temor de muerte y de los tormentos, y el celo de la gloria de Dios y del bien de los hombres". Asi creció tanto la tribulación que estalló la sangre en sudor abundante por todo su cuerpo.

Jesus: con tu auxilio y poder, que conquistaste con tu sudor de sangre, te pido suficiente provisión las necesidades de mi familia y las mías...

Oración con el sudor de sangre

(Contra pasiones, pecados, soberbia, intolerancia, enfermedades, tristeza y temor. Pidiendo la SANACIÓN de tormentos y provisión para cubrir las necesidades)



Oh Jesús, Luchador fortisimo, dándome ejemplo de lucha contra mis pasiones hasta derramar la sangre para lograrlo. Jesús, árbol bendito de mirra que brotsaste sudor de sangre por tu cuerpo.¡Quien te pudiera imitar tomando un pedacito de esta mirra y poniéndote en mi pecho!, y pensando con dolor tu amargura, castigando mi carne con mortificación como tu lo hiciste. Que tu sudor de sangre derramado por mis pecados, con amor infinito y extenso dolor, me lave, ¡Oh Buen Jesús! Y conviertas mi lengua para alabar tu preciada misericordia y en lágrimas de sangre para llorar mis pecados. Libérame de la soberbia, la intolerancia, enfermedades, tristeza, temor. Todo te lo pido por el amor de María, tu Madre.
Haz que tus pensamientos y tu sudor de sangre me sanen interiormente, y asi acompañarte en tus tormentos sufridos; despierta en mi una inmensa compasión para que pueda ayudar al prójimo. Te entreg mi cuerpo, mi alma, mi espíritu para que derrames tu divina salud en mi y mi familia, y me PROVEAS con abundancia de bendiciones para la satisfacción de nuestras necesidades. Te doy gracias Señor, por haberme concedido la fortaleza y el amor que me mostraste en el Huerto de Getsemaní. Amén.


(Rezar: Credo, Padrenuestro, Avemaría y Gloria)





2 Comentarios a: "Meditando con María":

Anónimo nos dijo:

Hola, me encanta la página. conozco a dos de sus integrantes la señora chacha y el joven Richard..he tenido contacto con ellos en mi casa hicieron una ultima noche..es muy hermosa la oración que hacen...Saludos Rosa Maria Reverol...

Los mensajeros nos dijo:

Muchisismas gracias por comentar nuestra pagina, se le recuerda con cariño, todo sea para la Gloria de Dios.