Apariciones de la Madre...

Publicado el domingo, 24 de enero de 2010 por: Los mensajeros



..:::JUAN DIEGO Y LA VIRGEN:::...

Hola amigos de los Mensajeros, como lo prometimos empezamos este nuevo año brindándoles un ciclo que hemos llamados : "Apariciones de la Madre" donde iremos desarrollando cada cierto tiempo la historia de cada una de las advocaciones con las cuales Nuestra Madre del cielo se ha hecho llamar. Al leerlo, queremos llenar el vacío que muchos sienten al no saber por queé María es reverenciada con uno u otro Nombre.

Quizá de todas las apariciones, la de Guadalupe tiene algo especial. La Virgen se aparece en el cerrito del Tepeyac a un humilde indiecito..JUan Diego. NAdie le creía hasta que un milagro hasta hoy día tangible marcó los sucesos tanto que hoy dia miles de mexicanos y personas de todo el mundo aman y veneran a la Madre de Jesús como la "Virgen de Guadalupe".

Este milagro, sucede cuando la imagen de María, aparece en un lienzo que hasta hoy día, se desconoce su naturaleza. El lienzo, está expuesto en la Basílica de Guadalupe en México y cada dia sorprende mas a los cientificos que se dedican exclusivamente a su estudio. Pero, no es necesario investigar mucho, es simplemente MAría....la Madre de Dios quien se ha manifestado para traernos su mensaje de amor, paz y reconciliación.



La Madre nos pide reconciliación y oración. Uno tras otro, todos los mensajes que veremos se refieren a lo mismo. En el caso de Juan Diego la Madre de cielo quiso erigir un templo para acercar a sus hijitos a Jesús. María aparece embarazada y su manto no ha dejado de crear especulaciones.


Veamos lo hermosa de esta historia...
En el año de 1531, a los pocos días del mes de Diciembre, había en México un indígena llamado Juan Diego. Juan Diego iba caminando, cuando al pasar por un cerro llamado Tepeyac escuchó que lo llamaban:
"Juanito, Juan Dieguito". Este subió a la cumbre del cerro y, cuando llegó, mucho se admiró de una mujer vestida de sol, que lo llamó para que fuera bien cerquita de ella y le descubrió su voluntad.

"Sabe Juan Diego que yo soy la siempre Virgen Santa María, Madre del verdadero Dios por quien se vive. Mucho quiero que se me construya una casita para mostrar a mi hijo y para darlo a todos los hombres que me invoquen. Porque yo en verdad soy vuestra madre compasiva. Para cumplir mi deseo ve al palacio del Obispo de México y dile cómo yo personalmente, yo que soy la Madre de Dios te envío".



Juan Diego fue directo al palacio del Obispo, Don Fray Juan de Zumárraga, pero aunque éste lo recibió, no creyó en su palabra y le mandó que volviera al día siguiente.
El Domingo, después de oír Misa, fue nuevamente Juan Diego al palacio del Obispo. En este segundo encuentro muchas cosas le preguntó y para estar seguro de que se trataba de la Madre de Dios, le pidió una señal.
Juan Diego le dio la respuesta del Obispo a la Virgen, quien le mandó volver al día siguiente. Pero el lunes ya no pudo regresar, porque encontró en su casa que su tío Juan Bernardino estaba muy enfermo, para morir. Se quedó todo el día con él y el día martes 12 de Diciembre, cuando todavía era de noche, salió Juan Diego a México a buscar un sacerdote que preparara a su tío para la muerte. Cuando estaba cerca del cerro pensó: "Si voy por el mismo camino la Madre de Dios me detendrá para que lleve su señal. Que primero nos deje nuestro dolor, nuestra aflicción". Y dio la vuelta por el otro lado del cerro. Pero la Virgen María que a todas partes está mirando salió a su encuentro y le dijo: "Juanito, el más pequeño de mis hijos, ¿a dónde vas?"

"Mi niña, mi jovencita, voy a México a buscar un sacerdote para un siervo tuyo, tío mío, que está muy grave. Ten un poquito de paciencia conmigo que luego volveré por la señal", respondió Juan Diego .


"Escucha Juan Diego, ponlo en tu corazón. ¿No estoy aquí yo que soy tu Madre? ¿No estás bajo mi sombra y resguardo? ¿No soy yo la fuente de tu alegría? ¿No estás en el hueco de mi manto, en el cruce de mis brazos? ¿Tienes necesidad de alguna otra cosa? Sabe que tu tío ya está bien, ya está curado. Ahora es muy necesario que subas a la cumbre del cerro. Allí encontrarás flores. Córtalas y tráelas a mi presencia

Juan Diego sabía que no se daban flores en esa época del año, pero subió sin dudar y cuando llegó se encontró en el paraíso. Cortó las flores, las guardó en su manto y bajó al encuentro de la Virgen. Ella las tomó con sus santas manos y le dijo: "Estas flores son la señal que llevarás al señor Obispo. Dile que vea en ellas mi deseo, para que construya mi templo. Y sabe que mucho te voy a glorificar por tu trabajo y por tu cansancio. Y en ti que eres mi mensajero está puesta mi confianza".


Cuando Juan Diego llegó al palacio del Obispo, después de mucho esperar logró verlo. Primero le contó todo lo que había visto y oído, y cuando terminó su relato le dijo: "Aquí tienes las flores, hazme el favor de recibirlas".

Juan Diego comenzó a abrir su manto y a sacar las flores. Allí mismo comenzó a ver que la imagen de la Santísima Virgen de Guadalupe se había quedado grabada en su manto. Ella se había estampado en la tilma de Juan Diego en la misma forma y figura en que está hoy en su casita de México.

Esta es la historia de la Virgen Morena, patrona de México y de America Latina.


Que la Santísima Virgen de GUADALUPE bendiga a todos los que la aman y veneran en su bienaventura...
Nos vemos en el próximo articulo y no dejen de escribirnos necesitamos con urgencia su ayuda para continuar trabajando por el Reino de Dios.
Los Mensajeros.























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