Meditando con María

Publicado el viernes, 4 de septiembre de 2009 por: Los mensajeros

..:: La Flagelación de Jesús::...
(Acercándonos al Sufrimiento)



"No se puede expresar con qué barbarie esos perros furiosos arrastraron a Jesús: le arrancaron la capa de irrisión de Herodes y le echaron casi al suelo. Jesús abrazó la columna; los verdugos le ataron las manos, levantadas por alto a un anillo de hierro, y extendieron tanto sus brazos en alto, que sus pies, atados fuertemente a lo bajo de la columna, tocaban apenas al suelo. El Señor fue así extendido con violencia sobre la columna de los malhechores; y dos de esos furiosos comenzaron a flagelar su cuerpo sagrado desde la cabeza hasta los pies. Sus látigos o sus varas parecían de madera blanca flexible; puede ser también que fueran nervios de buey o correas de cuero duro y blanco."

El Hijo de Dios temblaba y se retorcía como un gusano. Sus gemidos dulces y claros se oían como una oración en medio del ruido de los golpes. De cuando en cuando los gritos del pueblo y de los fariseos, cual tempestad ruidosa, cubrían sus quejidos dolorosos y llenos de bendiciones, diciendo: "¡Hacedlo morir! ¡crucificadlo!". ..


Tomado de: La Amarga Pasión de Cristo
por Ana Catalina Emmerick


..::Ana Catalina Emmerick::..



Bautizada el día de su nacimiento, el 8 de septiembre de 1774, en una granja del pueblo de Flamsche cerca de Coesfeld, diócesis de Münster, Westfalia, noroeste de Alemania. Desde los cuatro años de edad tuvo frecuentes visiones de la historia de la Salvación. Tras muchas dificultades causadas por la pobreza y oposición de su familia, ingresó a los 28 años de edad en el monasterio de Agnetenberg, en Dülmen. Suprimido el monasterio por las autoridades civiles, se trasladó a una casa particular.

Desde 1813 en adelante, la enfermedad la obligó a la inmovilidad. «Llevó consigo los estigmas de la Pasión del Señor y recibió carismas extraordinarios que empleó para consuelo de numerosos visitantes. Desde el lecho desarrolló un gran y fructífero apostolado», constató el prefecto de la Congregación de las Causas de los Santos, el cardenal José Saraiva Martins, al leer el decreto de reconocimiento del milagro ante Juan Pablo II. Desde ese mismo año no tuvo más alimento que la Comunión, y pasó por tres exhaustivas investigaciones de la diócesis, la policía bonapartista y las autoridades.

Los últimos años de su vida experimentó místicamente la pasión de Jesucristo y trataba de describir en su dialecto bajo alemán las visiones cotidianas de lo sobrenatural que ella misma encontraba indecibles.

Un notable escritor alemán, Clemens Brentano, al tener noticia de ello, se convirtió y permaneció al pié de la cama de la enferma copiando los relatos de la vidente desde 1818 a 1824. Dos veces al día el escritor acudía a visitar a Ana Catalina para copiar en sus diarios los apuntes, y regresaba otra más para leérselos a la monja inválida y comprobar así la fidelidad de lo trascrito.


Si quieres saber más sobre Ana Catalina Emmerick visita:
http://www.capillacatolica.org/AnaCatalinaEmerich.html




Hemos dedicado hoy nuestro blog a la Flagelación de Nuestro Señor: El segundo misterio de dolor. Cada vez que nos acercamos a Jesús quizá lo hacemos pues nos sentimos solos o tristes sin embargo, no recordamos muchas veces su presencia en nuestra alegría, y olvidamos lo mucho que Nuestro Señor sufrió para pagar por tantas culpas en contra de Nuestro Creador.

Muchos pensarán que Dios es un dios castigador o sanguinario, porque necesitaba un sacrificio humano para salvar nuestras culpas pero no es así. Jesús, con su enseñanza cumplió una misión que fué la de demostrarnos que por medio del sufrimiento podemos acercarnos mas a Nuestro Padre del Cielo y permanecer junto a él, y que no hay muestra de amor mas grande que aquel que entrega su vida por los demás. Esta es la moraleja de la historia.

Dios nos ama profundamente y el amor de Dios en inentendible por la inteligencia humana. Del corazón de Jesús, emana sangre bendita y agua que nos redime de nuestro pesar porque en su sufrimiento encontramos el consuelo que nos da el saber que él sufrió peores atrocidades y todo.... por amor.

Por eso hay un decir que reza que "a quien Dios más ama, mas lo hace sufrir"; lo cual quiere demostrarle que Dios está con él y para él, y porque el sufrimiento purifica el alma poniéndonos en el lugar de aquellos que sufren como nosotros o que sufren penas mayores aún.

El sufrimiento nos hace valorar lo que tenemos, nos fortalece la fé y nos da palabras para poder alentar a todo aquel que necesite de nosotros.

"OH, JESUS MIO! PERDONA NUESTRAS CULPAS LÍBRANOS DEL FUEGO DEL INFIERNO Y LLEVA AL CIELO A TODAS LAS ALMAS, ESPECIALMENTE LAS QUE MAS NECESITEN DE TU MISERICORDIA"




Oh Mi buen Jesús,
Mi Dios y salvador,
pagaste con tu dolor
las penitencias de mi ingratitud
dulce consuelo de mi vida
amable amigo que me amparas
no puedo mirar tu cara
ensangrentada y sufrida
y al ver el amor que María,
sacrificó de sus entrañas,
no auguro pena humana
que se compare con ese día,
mientras yo en mi alegría
jamas ni nunca te recuerdo,
en la tristeza me retuerzo
implorándote en mi cobardía
Perdóname Señor, te lo ruego
por tanto sufrimiento que te he causado
pues sin darme cuenta he pecado
y pecando he visto que sin ti muero...


Poema de: Edgar Antonio Fuenmayor Pirela
Mensajero de María


....::::JESUS, EN TI CONFÍO::::....

1 comentarios:

Maria Cristina nos dijo:

Jesus se dio a sí mismo como cordero de sacrificio para que nosotros pudiéramos entrar al reino. Mansamente pasó por todo tipo de humillaciones porque sabía que su sufrimiento era para la salvación del mundo, y nosotros, pobres de nosotros, muchas veces nos quejamos de pequeños tropiezos y dolencias superficiales, sin considerar ni por un minuto que todos nuestros pesares no tienen comparación alguna con el padecido por el Señor. Por eso, veamos las pruebas que nos pone la vida como pequeños escalones a nuestra salvación, y agradezcamos el hecho de estar vivos, bendiciendo cada dia la Gloria del Señor.